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El monologo

Una variedad del diálogo, como hemos apuntado en la pestaña anterior, es el monólogo, a través del cual un personaje habla consigo mismo expresando su mundo interior: pensamientos, emociones, senti­mientos.

En el teatro, los principales tipos de monólogo están diferenciados según la situación en la que se producen:

  • el soliloquio, donde el personaje reflexiona en voz alta y el lector-espectador es el único receptor del pensamiento
  • el aparte, en el que el persona­je expresa en voz baja sus verdaderos pensamientos sobre un tema
  • el aparente, en el que un personaje habla por teléfono con otro que está ausente del escenario
  • el narrativo, que informa al lector-espectador de sucesos no presentados en escena.

En la narración, la forma de reproducción de impresiones y sen­timientos de los personajes se hace por medio del monólogo in­terior, en el que los pensamientos fluyen de un modo irreflexi­vo y, en ocasiones, sin sentido lógico. Por este motivo suelen presentarse desordenados los elementos oracionales. El punto de vista em­pleado es el de la primera persona, aunque se usa a veces la segunda persona como recurso de desdoblamiento de la personalidad del propio narrador .

Ejemplos.

No vengo ahora a haceros reir; son cosas de fisonomía seria y grave, tristes, elevadas y patéticas, llenas de pompa y de dolor; escenas nobles, propias para inducir los ojos al llanto, lo que hoy os ofrecemos. Los inclinados a la piedad pueden aquí, si a bien lo tienen, dejar caer una lágrima: el tema es digno de ello. Aquellos que dan su dinero sin la esperanza de ver algo que puedan creer, hallarán, no obstante, la verdad. Los que vienen solamente a presenciar una pantomima o dos, y convenir en seguida en que la obra es pasable, si quieren permanecer tranquilos y benevolentes, les prometo que tendrán un rico espectáculo ante sus ojos en el transcurso de dos breves horas. Sólo aquellos que vienen a escuchar una pieza alegre y licenciosa, un fragor de broqueles, o a ver un bufón de larga vestidura abigarrada, con ribetes amarillos, quedarán defraudados; pues sabed, amables oyentes, que mezclar nuestra-verdad auténtica con tales espectáulos de bufonería y de combate, además de que será a rebajar nuestro propio juicio y la intención que llevamos de no representar ahora sino lo que reputamos verdadero, nos hará a perder para siempre la simpatía de todo hombre culto. (Fragmento del monólogo de Enrique VIII, de W. Shakespeare).

El dialogo en la narracion

Elmonologo

El dialogo

Dialogo literario

Dialogo no literario

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